jueves, 4 de noviembre de 2010

Un racimito de uva

   Mañana viernes, siguiendo con nuestro programa "Los viernes fruta" os ofreceremos un racimo de uva a la hora del recreo. 
   Para saber un poco más sobre las uvas continúa leyendo.
   Las uvas constituyen uno de los principales alimentos desintoxicantes, ideal para realizar curas tomando exclusivamente este fruto.
   Existen muchas tipos de uva, que se clasifican fundamentalmente en dos variedades: uvas blancas y negras. Dentro de cada una de ellas habrían distintas clases, destacando algunas como las uvas moscatel (se utilizan para la elaboración del vino moscatel) o las uvas de corintio (se obtienen las pasas).
   Las uvas blancas son ricas en hidratos de carbono, especialmente en glucosa y fructosa, contienen más azúcares y más aportación calórica que las uvas negras. La mayor parte de la producción de uva blanca se destina a la elaboración de vino y otras bebidas.
   Las uvas negras presentan un mayor índice de potasio, proporcionan una gran cantidad de antioxidantes naturales como son los flavonoides.
   La uva es rica en potasio, de este modo controla el equilibro de los líquidos en el organismo y sus niveles bajos de sodio.

• Contienen vitamina B, que intervienen en el metabolismo de las grasas e hidratos de carbono.
• Es un alimento alcalinizante, es decir, depura la sangre.
• Tienen propiedades laxantes.
• Es una fuente de energía natural, debido a su riqueza en azucares e hidratos de carbono.
• Los diabéticos no pueden tomarla ya que les aumentaría los niveles de glucosa en sangre.
      Existen innumerables variedades de uvas con grandes diferencias entre sí; en forma, tamaño, tonalidad de los frutos, productividad, calidad, etc. Todas ellas se han clasificado tradicionalmente según su destino final sea para vinificación o para consumo de mesa. Las variedades europeas se consideran superiores a las norteamericanas para elaborar vinos de mesa, como frutos de postre y de mesa y para elaborar pasas; mientras que las últimas se prefieren para obtener jugos y jaleas.

   La uva va madurando según las variedades y las zonas de cultivo desde mediados de verano hasta principios del invierno. La recolección de la uva se lleva a cabo en cuanto es posible la etapa de maduración, lo que sucede entre mediados de septiembre y final de noviembre. Por tanto, las uvas frescas de temporada se pueden degustar durante los meses de otoño y principios de invierno
   La composición de la uva es muy parecida a la de la leche materna, por este motivo sabemos que es un alimento fácil de digerir y que consumiendo uva madura en cantidad puede conservarse el peso durante bastante tiempo.
   La tradición de tomar las uvas en la noche de fin de año proviene de principios de siglo XIX. Un exceso de producción de uva, dio la idea a los agricultores de sugerir a la gente que las tomaran justo al mismo tiempo que sonabas las últimas campanadas del año.
Un poco de historia
  En Europa, la uva se cultiva desde tiempos prehistóricos, tal y como lo demuestran las semillas que se han hallado en yacimientos arqueológicos de la edad del bronce de Suiza, Italia y en tumbas del antiguo Egipto. Los botánicos sitúan el origen de la uva cultivada en Europa en la región asiática del mar Caspio, desde donde las semillas se dispersaron hacia el oeste por toda la cuenca mediterránea. Los antiguos griegos y romanos cultivaban la vid y ambas civilizaciones desarrollaron en gran medida la viticultura. Los últimos continuaron con esta práctica y extendieron el cultivo de vides por todo su territorio colonial. A partir del año 1800 comienza el cultivo de vides protegidas con vidrio en los países fríos, de manera que aumentó notablemente la calidad de las uvas producidas. Más adelante comenzaron a construirse invernaderos provistos de calefacción para el cultivo de las vides.
   Fueron los colonos españoles los que introdujeron la vid en América del Norte, desde donde se extendió por todo el continente, pero el intento fracasó a consecuencia de los ataques de parásitos y las enfermedades. Como resultado de ello, a finales del siglo XIX la explotación de la vid en Europa sufrió un gran golpe tras la contaminación por un insecto americano llamado filoxera. En 30 años se propagó la plaga por todos los viñedos y éstos estuvieron a punto de desaparecer, lo que obligó a adoptar las vides americanas resistentes a la plaga como patrones de la vid europea, y se obtuvieron variedades resistentes, fruto de la hibridación de ambos tipos de plantas. Hoy en día, la vid se cultiva en las regiones cálidas de todo el mundo, siendo los mayores productores: Australia, Sudáfrica, los países de Europa (Italia, Francia, España, Portugal, Turquía y Grecia) y en el continente americano, los mejores viñedos se encuentran en California, Chile y Argentina.

1 comentario:

  1. A mi me gustan las negras, sobre todo, y el fruto exprimido por las mismas.

    Besos

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